Cerca de mil viticultores y 15 bodegas forman parte de la Denominación de Origen Protegida Calatayud, que fue constituida en el año 1989 con el fin de proteger y promocionar los vinos producidos en la zona.
Las modernas tecnologías de elaboración han producido una nueva generación de jóvenes tintos, rosados y blancos, que atendiendo a las demandas del mercado, se han colocado a la cabeza de los vinos tintos con un ligero paso por barrica, que les aporta aromas terciarios propios de la madera conservando la fruta de un vino joven.
La búsqueda de calidad es el gran reto que se ha marcado el Consejo Regulador desde el momento de su creación.